Cuidados éticos de enfermería
En el complejo mundo moderno, estamos rodeados de cuestiones éticas en todas las facetas de nuestra vida. En consecuencia, ha aumentado el interés por el campo de la ética, en un intento de comprender mejor cómo nos influyen estas cuestiones. En concreto, en el ámbito de la atención sanitaria, el interés por la ética se ha intensificado en en respuesta a los controvertidos avances tecnológicos y genéticos, así como a la disminución de los recursos sanitarios y financieros. Hoy en día, la tecnología sofisticada puede prolongar la vida mucho más allá del momento en que se habría producido la muerte en el pasado. Existen costosos procedimientos experimentales y medicamentos para intentar preservar la vida, incluso cuando es probable que esos intentos fracasen. El desarrollo del apoyo tecnológico ha influido en todas las etapas de la vida. Por ejemplo, el periodo prenatal se ha visto influido por el cribado genético, la fecundación in vitro, la recogida y congelación de embriones y la cirugía prenatal. En las primeras etapas de la vida, los bebés prematuros tienen una oportunidad de sobrevivir gracias al uso de ayudas técnicas. Los niños y adultos que habrían muerto a causa de un fallo orgánico viven más tiempo gracias a los trasplantes de órganos. Los avances tecnológicos también han contribuido a aumentar la esperanza de vida media. Sin embargo, estos avances tecnológicos han sido una bendición mixta. Se han planteado preguntas sobre si es apropiado utilizar dicha tecnología y en qué circunstancias. Aunque muchas personas disfrutan de una mejor calidad de vida, otras se enfrentan a un sufrimiento prolongado como resultado de los esfuerzos por prolongar la vida, normalmente con un gran coste. También se plantean cuestiones éticas en torno a las prácticas o políticas que parecen asignar injustamente los recursos sanitarios en función de la edad, la raza, el sexo, la discapacidad o las costumbres sociales.
Dominio de la ética enfermera
Los dilemas éticos que una enfermera puede encontrar en el ámbito médico-quirúrgico son numerosos y diversos. El conocimiento de los conceptos filosóficos subyacentes ayudará a la enfermera a razonar estos dilemas. Comprender el papel de la enfermera profesional en la toma de decisiones éticas ayudará a las enfermeras a articular sus posiciones éticas y a desarrollar las habilidades necesarias para tomar decisiones éticas.
La ética frente a la moral
Los términos ética y moral se utilizan para describir las creencias sobre lo correcto y lo incorrecto y para sugerir pautas de actuación adecuadas. En esencia, la ética es el estudio formal y sistemático de las creencias morales, mientras que la moral es la adhesión a valores personales informales. Como la distinción entre ambos es mínima, a menudo se utilizan indistintamente.
Teorías éticas
Una teoría clásica de la ética es la teoría teleológica o el consecuencialismo, que se centra en los fines o consecuencias de las acciones. La forma más conocida de esta teoría, el utilitarismo, se basa en el concepto de «el mayor bien para el mayor número». La elección de la acción está clara bajo esta teoría, porque la acción que maximiza el bien sobre el mal es la correcta. La teoría plantea dificultades cuando hay que juzgar los valores intrínsecos y determinar de quién es el mayor bien. Además, hay que preguntarse si las consecuencias buenas pueden justificar las acciones amorales que puedan utilizarse para conseguirlas. Otra teoría de la ética es la deontológica o formalista, que sostiene que las normas o principios morales existen independientemente de los fines o consecuencias. En una situación determinada, pueden aplicarse uno o varios principios morales. La enfermera tiene el deber de actuar basándose en el principio relevante, o en el más relevante de varios principios morales.
Los problemas surgen con esta teoría cuando los prejuicios personales y culturales influyen en la elección del principio moral más primario.
Situaciones morales
Existen muchas situaciones en las que es necesario el análisis ético. Algunas son dilemas morales, situaciones en las que existe un claro conflicto entre dos o más principios morales o reivindicaciones morales contrapuestas, y la enfermera debe elegir el menor de los males. Otras situaciones representan problemas morales, en los que puede haber reivindicaciones o principios morales que compiten entre sí, pero una reivindicación o principio es claramente dominante. Algunas situaciones provocan incertidumbre moral, cuando uno no puede definir con precisión cuál es la situación moral o qué principios morales se aplican, pero tiene la fuerte sensación de que algo no está bien. Otras situaciones pueden dar lugar a una angustia moral, en la que la enfermera es consciente del curso de acción correcto, pero las limitaciones institucionales se interponen en el camino de la acción correcta. Por ejemplo, un paciente le dice a la enfermera que si se está muriendo quiere que se haga todo lo posible. El cirujano y la familia han tomado la decisión de no decirle al paciente que es un enfermo terminal y de no reanimarlo si deja de respirar. Desde un punto de vista ético, los pacientes deben ser informados de la verdad sobre sus diagnósticos y deben tener la oportunidad de tomar decisiones sobre los tratamientos. Lo ideal es que esta información provenga del médico, con la presencia de la enfermera para ayudar al paciente a entender la terminología y proporcionarle más apoyo, si es necesario. Existe un problema moral debido a las reivindicaciones morales contrapuestas de la familia y el médico, que desean evitar la angustia del paciente, y de la enfermera, que desea ser sincera con el paciente tal y como éste ha solicitado. Si la competencia del paciente fuera cuestionable, existiría un dilema moral porque no sería evidente ningún principio dominante. La enfermera podría experimentar una angustia moral si el hospital amenazara con medidas disciplinarias o con el despido si la información se revela sin el acuerdo del médico o de la familia, o de ambos. Es esencial que las enfermeras dialoguen libremente sobre las situaciones morales, aunque dicho diálogo sea difícil para todos los implicados. La mejora de la comunicación interdisciplinar se ve favorecida cuando todos los miembros del equipo sanitario pueden expresar sus preocupaciones y llegar a un entendimiento de la situación moral. El uso de un consultor de ética o de un equipo de consulta podría ser útil para ayudar al equipo sanitario, al paciente y a la familia a identificar el dilema moral y los posibles enfoques del mismo. La enfermera debe estar familiarizada con la política del organismo que apoya la autodeterminación del paciente y la resolución de los problemas éticos. La enfermera debe ser una defensora de los derechos del paciente en cada situación.