Ciertos principios subyacen al concepto de promoción de la salud como un proceso activo: la autorresponsabilidad, la conciencia nutricional, la reducción y el manejo del estrés, y la aptitud física.
Autorresponsabilidad
Asumir la responsabilidad de uno mismo es la clave del éxito de la promoción de la salud. El concepto de autorresponsabilidad se basa en el entendimiento de que los individuos controlan sus vidas. Cada uno de nosotros debe tomar las decisiones que determinan la salud de nuestro estilo de vida. A medida que más personas reconocen los efectos significativos que el estilo de vida y el comportamiento tienen sobre la salud, pueden asumir la responsabilidad de evitar comportamientos de alto riesgo como el tabaquismo, el abuso de alcohol y drogas, comer en exceso, conducir en estado de embriaguez, las prácticas sexuales de riesgo y otros hábitos poco saludables. También pueden asumir la responsabilidad de adoptar rutinas que se ha comprobado que influyen positivamente en la salud, como hacer ejercicio con regularidad, usar el cinturón de seguridad y llevar una dieta equilibrada. Se han utilizado diversas técnicas para animar a las personas a aceptar la responsabilidad de su salud, desde programas educativos exhaustivos hasta sistemas de recompensa. No se ha demostrado que ninguna técnica sea superior a las demás. Por el contrario, la autorresponsabilidad en la promoción de la salud es muy individualizada y depende de los deseos y las motivaciones internas de la persona. Los programas de promoción de la salud son herramientas importantes para animar a las personas a asumir la responsabilidad de su salud y a desarrollar comportamientos que la mejoren.
Nutrición
La nutrición como componente de la promoción de la salud se ha convertido en el centro de una atención y publicidad considerables. Una gran cantidad de libros y artículos de revistas abordan los temas de las dietas especiales, los alimentos naturales y los peligros de ciertas sustancias, como el azúcar, la sal, el colesterol, los colorantes artificiales y los aditivos alimentarios. La buena nutrición se considera el factor más importante para determinar el estado de salud y la longevidad.
para determinar el estado de salud y la longevidad. La conciencia nutricional implica la comprensión de la importancia de una dieta adecuadamente equilibrada que aporte todos los nutrientes esenciales. Comprender la relación entre la dieta y la enfermedad es una faceta importante del autocuidado de la persona. Algunos
clínicos creen que una dieta saludable es aquella que sustituye los alimentos procesados y refinados por alimentos «naturales» y reduce la ingesta de azúcar, sal, grasa, colesterol, cafeína, alcohol, aditivos alimentarios y conservantes.
Gestión del estrés
La gestión y la reducción del estrés son aspectos importantes de la promoción de la salud. Los estudios han demostrado los efectos negativos del estrés sobre la salud y una relación de causa-efecto entre el estrés y las enfermedades infecciosas, las lesiones traumáticas (por ejemplo, los accidentes de tráfico) y algunas enfermedades crónicas. El estrés se ha convertido en algo inevitable en las sociedades contemporáneas, en las que las exigencias de productividad se han vuelto excesivas. Cada vez se hace más hincapié en animar a las personas a gestionar el estrés de forma adecuada y a reducir el estrés que es contraproducente. Técnicas como el entrenamiento en relajación, el ejercicio y la modificación de las situaciones estresantes se incluyen a menudo en
programas de promoción de la salud que abordan el estrés. Más información sobre la gestión del estrés, incluida la evaluación del riesgo para la salud y los métodos de reducción del estrés, como la biorretroalimentación y la respuesta de relajación.
Ejercicio
La forma física es otro componente importante de la promoción de la salud. Los médicos e investigadores que examinan la relación entre la salud y la forma física han descubierto que un programa de ejercicio regular
puede promover la salud mejorando la función del sistema circulatorio y los pulmones, disminuyendo las concentraciones de colesterol y lipoproteínas de baja densidad, reduciendo el peso corporal al aumentar el gasto calórico, retrasando los cambios degenerativos como la osteoporosis y mejorando la flexibilidad y la fuerza y resistencia muscular general. Por otro lado, el ejercicio puede ser perjudicial si no se inicia de forma gradual y se aumenta lentamente en función de la respuesta del individuo. Un programa de ejercicio debe diseñarse específicamente para el individuo, teniendo en cuenta la edad, la condición física y cualquier factor de riesgo cardiovascular o de otro tipo conocido. Un programa de ejercicio adecuado puede tener un efecto significativamente positivo en la capacidad de rendimiento, la apariencia y el estado general de salud física y emocional del individuo.