Planes de cuidados de enfermería para la prostatectomía

Definición

La prostatectomía es la extirpación quirúrgica de la próstata, en la que el procedimiento puede ser total (radical) o parcial (simple). La prostatectomía está indicada en el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna, mientras que la prostatectomía radical está indicada en el tratamiento del cáncer de próstata.

  • Resección transuretral de la próstata (RTUP): El tejido prostático obstructivo del lóbulo medio que rodea la uretra se elimina mediante un cistoscopio/resectoscopio introducido a través de la uretra.
  • Prostatectomía suprapúbica/abierta: Indicada para masas que superan los 60 g (2 oz). El tejido prostático obstructivo se extrae a través de una incisión baja en la línea media realizada a través de la vejiga. Este enfoque es preferible si hay cálculos en la vejiga.
  • Prostatectomía retropúbica: La masa de tejido prostático hipertrofiado (situado en la parte alta de la región pélvica) se extirpa a través de una incisión abdominal baja sin abrir la vejiga. Este enfoque puede utilizarse si el tumor es limitado.
  • Prostatectomía perineal: Las grandes masas prostáticas situadas en la zona pélvica se extirpan a través de una incisión entre el escroto y el recto. Este procedimiento más radical se lleva a cabo en el caso de tumores más grandes o de la presencia de invasión nerviosa y puede provocar impotencia.

Prioridades de enfermería

  1. Mantener la homeostasis y la estabilidad hemodinámica.
  2. Promover el confort.
  3. Prevenir las complicaciones.
  4. Proporcionar información sobre el procedimiento quirúrgico, el pronóstico, el tratamiento y las necesidades de rehabilitación.

Objetivos del alta

  1. Restablecimiento o mejora del flujo urinario.
  2. Dolor aliviado/controlado.
  3. Complicaciones evitadas/minimizadas.
  4. Se entiende el procedimiento/pronóstico, el régimen terapéutico y las necesidades de rehabilitación.
  5. Plan establecido para satisfacer las necesidades tras el alta.

Plan de cuidados de enfermería

Deterioro de la eliminación urinaria

Diagnóstico Nanda – Deterioro de la eliminación urinaria

Puede estar relacionado con

  • Obstrucción mecánica: coágulos de sangre, edema, traumatismo, procedimiento quirúrgico
  • Presión e irritación del catéter/balón
  • Pérdida del tono vesical debido a la sobredistensión preoperatoria o a la descompresión continuada

Posiblemente, se evidencie en

  • Frecuencia, urgencia, vacilación, disuria, incontinencia, retención
  • Plenitud de la vejiga; molestias suprapúbicas algunos han utilizado prostagenix para apoyar esto pero no es todo el mundo.

Resultados deseados

  • Vaciar las cantidades normales sin retención.
  • Demostrar conductas para recuperar el control vesical/urinario.
Intervenciones de enfermería Justificación
Durante la irrigación de la vejiga, evalúe la producción de orina y el sistema de drenaje. La retención puede producirse por el edema de la zona quirúrgica, los coágulos de sangre y los espasmos de la vejiga.
Ayudar al paciente a adoptar una posición normal al orinar. Indique que se ponga de pie, que camine hasta el baño a intervalos frecuentes después de retirar la sonda. Promueve la sensación de normalidad y favorece el paso de la orina.
Compruebe regularmente el apósito, la incisión y el drenaje para ver si hay una hemorragia excesiva. Esté atento a los signos de hemorragia e infección. Puede producirse la reapertura de las suturas.
Registrar el tiempo, la cantidad de vaciado y el tamaño del chorro después de retirar la sonda. Anotar los informes sobre la plenitud de la vejiga, la incapacidad de vaciar, la urgencia. La sonda suele retirarse entre 2 y 5 días después de la intervención, pero el vaciado puede seguir siendo un problema durante algún tiempo debido al edema uretral y a la pérdida de tono de la vejiga.
Anime al paciente a orinar cuando note la necesidad, pero no más de cada 2-4 horas según el protocolo. Vaciar con urgencia evita la retención de orina. Limitar las micciones a cada 4 horas (si se tolera) aumenta el tono de la vejiga y ayuda a su reeducación.
Medir los volúmenes residuales a través de un catéter suprapúbico, si está presente, o con una ecografía Doppler. Controla la eficacia del vaciado de la vejiga. Los residuos de más de 50 ml sugieren la necesidad de continuar con la sonda hasta que mejore el tono de la vejiga.
Fomentar la ingesta de líquidos hasta 3000 mL según tolerancia. Limitar la ingesta de líquidos por la noche, una vez retirado el catéter. Mantiene una hidratación y una perfusión renal adecuadas para el flujo urinario. La reducción de la ingesta de líquidos en el horario adecuado disminuye la necesidad de orinar e interrumpe el sueño durante la noche.
Indicar al paciente que realice ejercicios perineales: apretar las nalgas, detener e iniciar el chorro de orina. Ayuda a recuperar el control de la vejiga, el esfínter o el control urinario y minimiza la incontinencia.
Aconsejar al paciente que el «goteo» es de esperar tras la retirada del catéter y que debería desaparecer a medida que la recuperación progrese. La información ayuda al paciente a afrontar el problema. El funcionamiento normal puede volver en 2-3 semanas, pero puede tardar hasta 8 meses después del abordaje perineal.
Mantener la irrigación continua de la vejiga (CBI), según lo indicado, en el período postoperatorio temprano. Limpia la vejiga de coágulos y residuos para mantener la permeabilidad de la sonda y el flujo de orina.

Riesgo de volumen de líquido deficiente

Diagnóstico Nanda – Riesgo de volumen de líquido deficiente

Los factores de riesgo pueden ser

  • Naturaleza vascular de la zona quirúrgica ; dificultad para controlar la hemorragia
  • Restricción de la ingesta en el preoperatorio
  • Diuresis postobstructiva

Posiblemente, se evidencie por

  • No aplicable. El diagnóstico de riesgo no se evidencia por los signos y síntomas, ya que el problema no se ha producido y las intervenciones de enfermería están dirigidas a la prevención.

Resultados deseados

  • Mantener una hidratación adecuada, como demuestran unas constantes vitales estables, unos pulsos periféricos palpables, un buen relleno capilar, unas mucosas húmedas y una diuresis adecuada.
  • Muestra que no hay hemorragias activas.
Intervenciones de enfermería Justificación
Supervisar IO. Indicador del equilibrio de líquidos y de las necesidades de reposición. Con las irrigaciones vesicales, la monitorización es esencial para estimar la pérdida de sangre y evaluar con precisión la producción de orina. Nota: Tras la liberación de la obstrucción del tracto urinario, puede producirse una marcada diuresis durante el periodo de recuperación inicial.
Controlar los signos vitales, observando el aumento del pulso y la respiración, la disminución de la PA, la diaforesis, la palidez, el retraso en el llenado capilar y la sequedad de las mucosas. La deshidratación o la hipovolemia requieren una intervención rápida para evitar un shock inminente. Nota: La hipertensión, la bradicardia, las náuseas y los vómitos sugieren el «síndrome de la RTUP», que requiere una intervención médica inmediata.
Investigar la inquietud, la confusión, los cambios de comportamiento. Puede reflejar una disminución de la perfusión cerebral (hipovolemia) o indicar un edema cerebral por exceso de solución absorbida en los sinusoides venosos durante el procedimiento de RTU (síndrome de RTU).
Fomentar la ingesta de líquidos hasta 3000 mL/día a menos que esté contraindicado. Limpia los riñones y/o la vejiga de bacterias y residuos (coágulos). Nota: puede producirse una intoxicación por agua o una sobrecarga de líquidos si no se vigila de cerca.
Anclar el catéter, evitar la manipulación excesiva. El movimiento o el tirón de la sonda puede provocar una hemorragia o la formación de un coágulo y el taponamiento de la sonda, con distensión de la vejiga.
Observar el drenaje del catéter, observando el sangrado excesivo o continuado. La hemorragia no es inusual durante las primeras 24 horas en todos los casos, excepto en el abordaje perineal. Una hemorragia intensa y continuada o la reaparición de una hemorragia activa requieren una evaluación médica e intervenciones rápidas.
Evaluar el color y la consistencia de la orina
Rojo brillante con coágulos de color rojo brillante. Suele indicar una hemorragia arterial y requiere un tratamiento agresivo.
Borgoña oscuro con coágulos oscuros, mayor viscosidad. Sugiere el tipo de hemorragia más común: de origen venoso. Suele remitir por sí sola.
Sangrado con ausencia de coágulos. Puede indicar discrasias sanguíneas o problemas sistémicos de coagulación.
Inspeccionar los apósitos y los drenajes de la herida. Pesar los apósitos si está indicado. Anotar la formación de hematomas. La hemorragia puede ser evidente o estar secuestrada en los tejidos del periné.
Evitar la toma de temperatura rectal y el uso de sondas/enemas rectales. Puede producirse una irritación referida al lecho prostático y un aumento de la presión sobre la cápsula prostática con riesgo de hemorragia.
Controlar los estudios de laboratorio como se indica:
Hb/Hct, RBCs; Útil para evaluar las pérdidas de sangre o las necesidades de reposición.
Estudios de coagulación, recuento de plaquetas. Puede indicar el desarrollo de complicaciones: depleción de los factores de coagulación, CID.
Administrar terapia intravenosa o productos sanguíneos según se indique. Puede necesitar líquidos adicionales, si la ingesta oral es inadecuada, o productos sanguíneos, si las pérdidas son excesivas.
Mantener la tracción en el catéter permanente; pegar el catéter a la parte interna del muslo. La tracción del globo de 30 ml colocado en la fosa uretral prostática crea una presión en el suministro arterial de la cápsula prostática para ayudar a prevenir y controlar la hemorragia.
Liberar la tracción en 4-5 horas. Documentar el periodo de aplicación y liberación de la tracción, si se utiliza. Una tracción prolongada puede causar un traumatismo permanente o problemas de control urinario.
Administrar ablandadores de heces, laxantes según se indique. La prevención del estreñimiento y/o del esfuerzo para defecar reduce el riesgo de hemorragia rectal-perineal.

Riesgo de infección

Diagnóstico Nanda – Riesgo de infección

Los factores de riesgo pueden ser

  • Procedimientos invasivos: instrumentación durante la cirugía, sonda, irrigación frecuente de la vejiga
  • Tejido traumatizado, incisión quirúrgica (por ejemplo, perineal)

Posiblemente, se evidencie por

  • No aplicable. El diagnóstico de riesgo no se evidencia por los signos y síntomas, ya que el problema no se ha producido y las intervenciones de enfermería están dirigidas a la prevención.

Resultados deseados

  • No experimenta signos de infección.
  • Lograr una curación oportuna.
Intervenciones de enfermería Justificación
Mantener un sistema de catéteres estéril. Proporcionar un cuidado regular del catéter y del meato con agua y jabón. Aplicar una pomada antibiótica alrededor del sitio del catéter. Medidas para evitar la introducción de bacterias que puedan causar infecciones o sepsis.
Ambula con la bolsa de drenaje dependiente. Evita el reflujo de orina hacia atrás, que puede introducir bacterias en la vejiga.
Controlar los signos vitales, observando fiebre baja, escalofríos, pulso y respiración rápidos, inquietud, irritabilidad, desorientación. El paciente que se ha sometido a una cistoscopia y/o a una RTUP tiene un mayor riesgo de sufrir un shock quirúrgico o séptico relacionado con la manipulación y la instrumentación.
Observar el drenaje de las heridas, alrededor del catéter suprapúbico. La presencia de drenajes, la incisión suprapúbica aumentan el riesgo de infección, como lo indica el eritema, el drenaje purulento.
Cambiar los apósitos con frecuencia (incisiones suprapúbicas o retropúbicas y perineales), limpiando y secando bien la piel cada vez. Los apósitos húmedos causan irritación de la piel y proporcionan un medio para el crecimiento bacteriano, aumentando el riesgo de infección de la herida.
Utilizar barreras cutáneas de tipo ostomía. Proporciona protección a la piel circundante, evitando la excoriación y reduciendo el riesgo de infección.
Administrar antibióticos como se indica. Puede administrarse de forma profiláctica debido al mayor riesgo de infección con la prostatectomía.

Dolor agudo

Diagnóstico Nanda – Dolor agudo

Puede estar relacionado con

  • Irritación de la mucosa de la vejiga ; espasmo muscular reflejo asociado a un procedimiento quirúrgico y/o a la presión del globo vesical (tracción)

Posiblemente, se evidencie por

  • Informes de espasmos vesicales dolorosos
  • Muecas faciales, vigilancia, inquietud
  • Respuestas autonómicas

Resultados deseados

  • Informar de que el dolor está aliviado/controlado.
  • Aparecer relajado, dormir/descansar adecuadamente.
  • Demostrar el uso de habilidades de relajación y actividades de distracción según lo indicado para la situación individual.
Intervenciones de enfermería Justificación
Evaluar el dolor, anotando la localización, la característica, la intensidad (escala 0-10). El dolor agudo e intermitente con la necesidad de orinar o el paso de la orina alrededor de la sonda sugiere espasmos de la vejiga, que tienden a ser más graves con los abordajes suprapúbicos o la RTU (suelen disminuir al final de las 48 horas).
Mantener la permeabilidad del catéter y del sistema de drenaje. Mantener los tubos libres de torceduras y coágulos. Mantener una sonda y un sistema de drenaje que funcionen correctamente disminuye el riesgo de distensión y/o espasmo de la vejiga.
Promover la ingesta de hasta 3000 mL/día según la tolerancia. Disminuye la irritación al mantener un flujo constante de líquido sobre la mucosa de la vejiga.
Dar al paciente información precisa sobre la sonda, el drenaje y los espasmos vesicales. Alivia la ansiedad y promueve la cooperación con los procedimientos necesarios.
Proporcionar medidas de confort. Cambios de posición, masajes en la espalda y actividades de distracción. Fomentar el uso de técnicas de relajación, incluyendo ejercicios de respiración profunda, visualización, imágenes guiadas. Reduce la tensión muscular, reenfoca la atención y puede mejorar la capacidad de afrontamiento.
Proporcionar baños de asiento o lámpara de calor si está indicado. Promueve la perfusión del tejido y la resolución del edema, y mejora la cicatrización (enfoque perineal).
Administrar antiespasmódicos:
Oxibutinina (Ditropan), flavoxato (Urispas), supositorios B O; Relaja el músculo liso para aliviar los espasmos y el dolor asociado.
Bromuro de propantelina (Pro-Banthîne). Alivia los espasmos de la vejiga por acción anticolinérgica. Por lo general, se interrumpe 24-48 horas antes de la retirada prevista de la sonda para promover la contracción normal de la vejiga.

Riesgo de disfunción sexual

Diagnístico Nanda – Disfunción sexual

Los factores de riesgo pueden ser

  • Crisis situacional (incontinencia, fuga de orina tras la retirada de la sonda, afectación de la zona genital)
  • Amenaza al autoconcepto/cambio en el estado de salud

Posiblemente, se evidencie por

  • No aplicable. El diagnóstico de riesgo no se evidencia por los signos y síntomas, ya que el problema no se ha producido y las intervenciones de enfermería están dirigidas a la prevención.

Resultados deseados

  • Informar de la comprensión de la función sexual y de las alteraciones que pueden producirse con la cirugía en la situación individual.
  • Discutir las preocupaciones sobre los posibles cambios en la imagen corporal, el funcionamiento sexual con la pareja/SO y el cuidador.
  • Demostrar la capacidad de resolver los problemas que se presenten.
Intervenciones de enfermería Justificación
Dar oportunidades o aperturas para que el paciente y el SO hablen sobre las preocupaciones de la incontinencia y el funcionamiento sexual. Puede tener ansiedad sobre los efectos de la cirugía y puede dudar en hacer las preguntas necesarias. La ansiedad puede haber afectado a la capacidad de acceder a la información dada previamente.
Discutir la anatomía básica. Ser abierto y honesto en las respuestas a las preguntas del paciente. El plexo nervioso que controla la erección discurre posteriormente hacia la próstata a través de la cápsula. En los procedimientos que no afectan a la cápsula prostática, la impotencia y la esterilidad no suelen ser consecuencias. El procedimiento quirúrgico puede no proporcionar una cura permanente, y la hipertrofia puede reaparecer.
Dar información precisa sobre la expectativa de retorno de la función sexual. La impotencia fisiológica se produce cuando se cortan los nervios perineales durante los procedimientos radicales; con otros enfoques, la actividad sexual se puede reanudar normalmente en 6-8 semanas Nota: Se puede recomendar una prótesis de pene para facilitar la erección y corregir la impotencia tras el procedimiento perineal radical. Otra opción que puede restaurar la capacidad de tener una erección es el uso de citrato de sildenafil (Viagra).
Discutir la eyaculación retrógrada si se utiliza un enfoque transuretral o suprapúbico. El líquido seminal pasa a la vejiga y se elimina con la orina. Esto no interfiere con el funcionamiento sexual, pero disminuirá la fertilidad y hará que la orina sea turbia.
Instruir en los ejercicios perineales y de interrupción y/o continuación del chorro urinario. Los ejercicios de Kegel favorecen la recuperación del control muscular de la continencia urinaria y la función sexual.
Remitir a un consejero sexual según lo indicado. Los problemas persistentes o no resueltos pueden requerir la intervención de un profesional.

Déficit de conocimientos

Diagnóstico Nanda – Conocimientos deficientes

Puede estar relacionado con

  • Falta de exposición/recuerdo; de la información malinterpretación
  • Desconocimiento de los recursos de información

Posiblemente, se evidencie en

  • Preguntas, solicitud de información, declaración de error
  • Verbalización del problema
  • Seguimiento inexacto de las instrucciones, desarrollo de complicaciones evitables

Resultados deseados

  • Verbalizar la comprensión del procedimiento quirúrgico y las posibles complicaciones.
  • Verbalizar la comprensión de las necesidades terapéuticas.
  • Realizar correctamente los procedimientos necesarios y explicar los motivos de las acciones.
  • Iniciar los cambios necesarios en el estilo de vida.
  • Participar en el régimen terapéutico.
Intervenciones de enfermería Justificación
Revisar las implicaciones del procedimiento y las expectativas futuras. Proporciona una base de conocimientos a partir de la cual el paciente puede tomar decisiones informadas.
Destacar la necesidad de una buena nutrición; fomentar la inclusión de frutas, aumentar la fibra en la dieta. Favorece la cicatrización y evita el estreñimiento, reduciendo el riesgo de hemorragia postoperatoria.
Discutir las restricciones iniciales de la actividad: evitar levantar objetos pesados, realizar ejercicios extenuantes, permanecer sentado durante mucho tiempo o hacer viajes largos en automóvil, subir más de dos tramos de escaleras a la vez. El aumento de la presión abdominal y/o del esfuerzo ejerce presión sobre la vejiga y la próstata, lo que potencia el riesgo de hemorragia.
Fomentar la continuación de los ejercicios perineales. Facilita el control urinario y el alivio de la incontinencia.
Instruir en el cuidado de la sonda urinaria si está presente. Identificar las fuentes de apoyo. Promueve la independencia y el autocuidado competente.
Indique al paciente que evite los baños en la bañera después del alta. Disminuye la posibilidad de infección, introducción de bacterias.
Revisar los signos y síntomas que requieren una evaluación médica, eritema, drenaje purulento de los sitios de la herida, cambios en el carácter o la cantidad de orina, presencia de urgencia y/o frecuencia, sangrado abundante, fiebre o escalofríos. Una intervención rápida puede evitar complicaciones graves. Nota: La orina puede aparecer turbia durante varias semanas hasta que se produzca la cicatrización postoperatoria y puede aparecer turbia después del coito debido a la eyaculación retrógrada.
Destacar la importancia de los cuidados de seguimiento: Prueba del PSA. Los niveles de PSA se controlan para evaluar la existencia de un tumor residual. La incontinencia persistente requerirá una evaluación o tratamiento adicional.

Otros posibles planes de cuidados de enfermería

  • Eliminación urinaria, alteración del tono de la vejiga, posibilidad de descarga con sonda colocada.
  • Disfunción sexual: pérdida de orina ;, pérdida de la función eréctil tras un procedimiento radical.

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