Monitoreo cardíaco

Descripción

La monitorización cardíaca es el acto de ct de mantener a un paciente conectado a un electrocardiograma (EKG) o a un dispositivo similar para seguir y registrar la actividad del corazón, mostrando si éste funciona bien o de ciertas anormalidades y mal funcionamiento están presentes.

Por lo general, se solicita para los pacientes que requieren cuidados intensivos y los que se encuentran en el servicio de urgencias, pero también puede solicitarse en pacientes con casos que pueden necesitar monitorización cardíaca. Puede solicitarse para pacientes con una enfermedad grave y que necesitan una monitorización intensa, pacientes estables con determinados problemas cardíacos y aquellos que se someten a una intervención quirúrgica o tienen otras afecciones que pueden afectar al ritmo cardíaco.

En algunos casos, puede implicar tener que imprimir los impulsos del corazón así como los latidos. En otros casos, se trata de un dispositivo que puede hacer un seguimiento de la salida, la entrada y los niveles de oxígeno en sangre. Normalmente, los monitores cardíacos utilizan dispositivos que se fijan al paciente en forma de electrodos y sondas. Para controlar la presión arterial del paciente, se puede utilizar un manguito de presión arterial conectado al monitor cardíaco.

Electrodos

Un trazado de ECG puede colocarse de diferentes maneras, aunque lo más habitual es que se coloquen en una posición estándar cada vez para detectar las anomalías con mayor facilidad. Lo más habitual es que los electrodos se coloquen en el pecho y en las extremidades del paciente.

Otros monitores tienen 3 cables. El electrodo rojo se coloca en el brazo derecho, (o en el segundo espacio intercostal a la derecha del esternón); el electrodo amarillo se coloca en el brazo izquierdo (o en el segundo espacio intercostal a la izquierda del esternón) y el electrodo verde/negro se coloca en la pierna izquierda (o más a menudo en la región del latido del ápice).

Para el sistema de 5 electrodos, se utilizan 5 electrodos. El electrodo blanco se coloca en el brazo derecho ( espacio intercostal), el electrodo negro en el brazo izquierdo ( espacio intercostal), el electrodo marrón en el pecho, el electrodo verde en la pierna derecha y el electrodo rojo en la pierna izquierda. De este modo, se muestran las derivaciones bipolares (I, II y III) y una única derivación unipolar, según la posición de la derivación marrón del tórax (posiciones V1-V6).

En el ECG de 12 derivaciones, se utilizan 12 electrodos para producir un ECG de 12 derivaciones. Estos electrodos se colocan en las cuatro extremidades (RA, LL, LA, RL) y en el precordio (V1-V6). De este modo se monitorizan las 12 derivaciones de V1-V6, I,II,III, y aVR, aVF y aVL. También permite la interpretación de áreas específicas del corazón. Por ejemplo, Inferior (II, III y aVF), Lateral (I, aVL, V5 y V6), y anterior (V1-V4). Aquí se puede detectar una amplia gama de anomalías.

En el caso de los pacientes anestesiados, el ECG puede monitorizarse mediante el sistema de 3 o 5 electrodos. Sin embargo, proporciona un análisis más restringido de la actividad eléctrica cardíaca en comparación con el ECG de 12 derivaciones.

El papel de la enfermera

A diferencia de los médicos y otros profesionales sanitarios, los enfermeros permanecemos con el paciente y lo cuidamos durante más tiempo. Cuando se atiende a un paciente en la UCI que necesita monitorización cardíaca, se espera que la enfermera asuma ciertas responsabilidades en cuanto al cumplimiento de esta orden.

La enfermera es la que prepara al paciente para que se le coloquen los electrodos conectados al monitor. Es responsable de asegurarse de que el lugar esté libre de vello y limpio. Se puede lavar la zona o afeitar el pelo.

Después, se encarga de colocar los electrodos correctamente al paciente. La colocación precisa de los electrodos es un mucho como la colocación incorrecta de los electrodos puede asegurar resultados inexactos.

También se espera que la enfermera observe el monitor, buscando ciertas anormalidades y desviaciones, así como asegurándose de que la configuración está ajustada correctamente. La enfermera debe estar atenta a algunos hallazgos anormales que pueden justificar atención e intervenciones médicas inmediatas, especialmente en casos de emergencia.

En la enfermería, no basta con saber que un aparato está ahí y listo para ser utilizado. También debemos entender sus funciones y cómo manipularlo. La enfermera también debe conocer los valores esperados y normales y algunas desviaciones para saber cuándo actuar y cómo abordar adecuadamente un problema cuando lo perciba.

Fuentes:

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