Descripción
Las arteriovenosas son malformaciones del sistema cerebrovascular en las que canales arteriales tortuosos, enmarañados y malformados drenan directamente en el sistema venoso sin un lecho capilar intermedio. Las arterias que irrigan la MAV tienden a dilatarse con el tiempo como resultado del aumento del flujo a través de la lesión. Las venas se agrandan a medida que aumenta el flujo; creando un círculo vicioso que puede hacer que esta lesión aumente de tamaño. Este gran flujo o derivación de la sangre a través de la MAV puede hacer que las zonas adyacentes (y a veces las distales) del cerebro se vuelvan isquémicas. El estado de flujo elevado puede provocar un aumento de la presión y, finalmente, una hemorragia, normalmente en el espacio subaracnoideo y el tejido parenquimatoso.
Signos y síntomas
- Dolor de cabeza
- Convulsiones
- Síncope
- Déficits neurológicos progresivos
- Hemorragia
Examen físico
Signos vitales:
- PA: Normotensa o hipertensa
- FC: Puede haber taquicardia leve
- RR: Eupnea
Neurológica: dependiendo de la zona del cerebro en la que se encuentre la MAV, puede haber déficits del habla, motores o sensoriales. También puede haber problemas de visión, memoria y coordinación.
Gestión de pacientes de cuidados intensivos
Diagnóstico de enfermería:
Perfusión tisular ineficaz: Cerebral relacionada con la derivación de sangre del tejido cerebral y/o hemorragia intracerebral (HIC).
Criterios de resultado
- Alerta y orientación
- Alumnos iguales y normoreactivos
- Presión arterial de 90 a 140 mmHg
- FC de 60 a 100 latidos/minuto
- RR 12 a 20 respiraciones/minuto, eupnea
- Función motora igual bilateralmente
- Ausencia de dolor de cabeza, nistagmo y náuseas
- Presión intracraneal (PIC) 20 mm Hg
- Presión de perfusión cerebral (PPC) 60 a 100 mm Hg
Intervenciones de enfermería
Control de los pacientes
- Monitorizar el ECG continuamente porque la hipoxemia y la hemorragia cerebral son factores de riesgo de cambios pronunciados en el segmento ST y en la onda T y de disrritmias potencialmente mortales.
- Monitorizar la PIC, analizar la forma de onda de la PIC y calcular la PPC cada hora.
- Controle la tensión y el pulso cada 15 o 30 minutos al principio, y luego cada hora.
- Obtener presiones de CVP y/o PA si se dispone de ellas, cada hora o con mayor frecuencia si está indicado.
Evaluación del paciente
- Evaluar el dolor utilizando el autorretrato del paciente siempre que sea posible.
- Observe la aparición y la gravedad de la cefalea;, la presencia de rigidez de nuca; y la aparición insidiosa de confusión, disoreintatio, disminución de la conciencia y/o déficits focales (debilidad de la extremidad).
- Evaluar el estado neurológico mediante la escala de coma de Glascow y valorar los cambios que sugieran un aumento de la PIC y una hernia.
- Esté atento a los cambios sutiles y a los nuevos déficits focales.
- Evaluar los factores que pueden causar un aumento de la PIC, evaluar al paciente en busca de inquietud, vejiga distendida, estreñimiento, hipovolemia, dolor de cabeza, miedo o ansiedad.
Evaluación diagnóstica
- Revisar los ABG seriados para detectar la disminución de la Pao2 (60 mm Hg) o el aumento de la Paco2 (.40 mm Hg) para identificar las causas del aumento de la PIC.
Intervenciones de enfermería
- Mantenga las vías respiratorias permeables y administre oxígeno según las órdenes para evitar la hipoxemia.
- Establecer medidas para minimizar los estímulos externos y mantener el nivel de PA.
- Administrar fármacos antihipertensivos según las órdenes. Controlar la presión arterial.
- Pueden recetarse sedantes y ablandadores de heces para reducir la agitación y el esfuerzo.
- Anticipar intervenciones como la embolización, la resección, el recorte, la ligadura de los vasos de alimentación, la terapia de haz de protones o la radiación gamma.