Hemorragia digestiva alta – Gestión de enfermería

Hemorragia digestiva alta Gestión de enfermería

Descripción

La hemorragia digestiva alta se caracteriza por la aparición repentina de una hemorragia en el tracto gastrointestinal en un lugar (o lugares) proximal al ligamento de Treitz. La mayoría de las hemorragias del tracto gastrointestinal superior son el resultado directo de la erosión de la úlcera péptica, de una enfermedad de la mucosa relacionada con el estrés, que puede manifestarse como una lesión gástrica erosiva superficial o como úlceras francas, gastritis erosiva (secundaria al uso o abuso de AINE, corticoides orales o alcohol) o varices esofágicas (secundarias a la insuficiencia hepática). Además de éstos, los desgarros de Mallory-Weiss pueden causar hemorragias gastroesofágicas como consecuencia de arcadas y vómitos intensos, pero la hemorragia suele ser menos grave que en otros tipos. Los pacientes hospitalizados en estado crítico corren un mayor riesgo de padecer enfermedades de la mucosa relacionadas con el estrés, especialmente si están intubados y con ventilación mecánica y/o presentan coagulopatías.


 

 

Signos y síntomas

  • Melena y hematemesis
  • Dolor
  • Shock hipovolémico

Examen físico

Signos vitales

  • Presión arterial 90 mm Hg
  • FC 100 latidos/min
  • RR: taquicardia
  • Temperatura: tal vez elevada

Otros

  • Hematemesis
  • Melena
  • Heces con sangre y olor fétido
  • Aspirado gástrico molido de café

Piel

  • Pálido, diaforético
  • Frío, húmedo
  • Ictericia

Cardiovascular

  • Pulso débil y filiforme
  • Relleno capilar 3 seg.

Abdominal

  • Tal vez tierno con la guardia
  • Sonidos intestinales hiperactivos o ausentes

Gestión de pacientes de cuidados intensivos

Diagnóstico de enfermería : Volumen de líquido deficiente relacionado con la pérdida de sangre por hemorragia.

Criterios de resultado

  • Paciente alerta y orientado
  • Piel, rosada, caliente y seca
  • CVP 2 a 6 mm Hg
  • PAS 15 A 30 mm Hg
  • PAD 5 a 15 mm Hg
  • Presión arterial de 90 a 120 mm Hg
  • PAM 70 a 105 mm Hg
  • FC de 60 a 100 latidos/min.
  • Orina de 30 ml/hora

Control de los pacientes

  1. Obtenga la presión arterial pulmonar, la presión venosa central y la presión arterial cada 15 minutos durante los episodios agudos para evaluar las necesidades de líquidos y la respuesta del paciente al tratamiento.
  2. Controlar el estado del volumen de líquidos. Medir la ingesta y la salida cada hora para evaluar la perfusión renal.
  3. Medir la pérdida de sangre si es posible.
  4. Monitorizar continuamente el ECG para detectar disritmias e isquemia miocárdica.

Evaluación del paciente

  1. Evaluar al paciente para ver si aumenta la inquietud, la aprensión o la alteración de la conciencia, lo que puede indicar una disminución de la perfusión cerebral.
  2. Evaluar el estado de hidratación.
  3. Esté atento a la reaparición de hemorragias.

Evaluación diagnóstica

  1. Revisar los niveles de Hgb y Hct para determinar la eficacia del tratamiento o el empeoramiento del estado del paciente.
  2. Revisar los factores de coagulación y los niveles de calcio sérico si se han dado múltiples transfusiones.
  3. Revisar los niveles de BUN en serie.
  4. Revisar los ABG seriados para evaluar la oxigenación y el estado ácido-base.
  5. Revisar el resultado de la evaluación endoscópica.

Gestión de pacientes

  1. Mantener una vía aérea permeable. Administrar oxígeno suplementario según se ordene.
  2. Administrar coloides según lo ordenado para restaurar el volumen intravascular.
  3. Tipo y prueba cruzada para los productos sanguíneos previstos.
  4. Evacuar el contenido del estómago con una sonda nasogástrica e iniciar lavados con agua a temperatura ambiente o solución salina para eliminar los coágulos de sangre del estómago.
  5. Continúe vigilando de cerca al paciente una vez estabilizado.
  6. Se puede pedir vitamina K o plasma fresco congelado (PFC) para corregir las deficiencias de coagulación.
  7. Explique todos los procedimientos y pruebas al paciente para ayudar a aliviar la ansiedad y la disminución de la demanda de oxígeno de los tejidos.

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