El papel de la enfermera ha sido históricamente muy cambiante. Diferentes épocas, culturas y naciones han asignado diferentes trabajos a las enfermeras. En algunos lugares, las enfermeras son prácticamente médicos, recetando medicamentos y diagnosticando. En otros, están ahí para llenar el vacío entre el portero y el médico, llevando cuñas y haciendo camas.
En algunos casos, las diferencias pueden parecer muy marcadas: en Australia todavía hay enfermeras matriculadas por el Estado, en lugar de las enfermeras registradas completas que el Reino Unido exige como cualificación mínima de entrada. Esta diferencia parece que también va a cambiar drásticamente en breve, ya que el gobierno del Reino Unido sólo permite el acceso a la enfermería a los licenciados.
Se considera que la profesión evolucionó hacia el paradigma moderno durante la época de Florence Nightingale, cuando empezaron a entrar en vigor la técnica y la formación estandarizadas. Hoy en día, la enfermería es una profesión totalmente formada, y no el «oficio» que existía antes. El cambio en las cualificaciones de enfermería para eliminar el diploma e introducir una vía de acceso a la práctica basada en la licenciatura no es la gran cosa que mucha gente parece pensar que será. En mi opinión, la enfermería es una profesión que requiere 3 años de estudios superiores para acceder a ella. La Diplomatura lleva exactamente el mismo tiempo que la Licenciatura, la única diferencia es la exigencia de trabajo académico en el último año de cada curso. Hay un problema de financiación, ya que la Diplomatura es gratuita y el Grado cuesta lo mismo que una Licenciatura estándar de cualquier universidad del Reino Unido, pero esto es menor y se resolverá.
En mi opinión, el gran cambio es, o al menos lo parece, el paso de una profesión asistencial a una científica. Muchos informes parecen considerar que trasladar a los estudiantes de las salas a las aulas irá en detrimento de la calidad de los cuidados prestados. Con la formación actual, los estudiantes de enfermería pasan más del 50% de su tiempo en prácticas como personal supernumerario. Un artículo que he visto afirma que este estatus de supernumerario es una de las principales razones de la caída de los estándares. La única manera de que la presión de tener que saberlo todo desde el principio afecte negativamente a la atención al paciente y a las habilidades de enfermería es cuando la enseñanza no está a la altura de las enfermeras cualificadas. La universidad debería servir para ampliar nuestras mentes, pero el argumento de los autores de que las habilidades sólo pueden enseñarse en las Escuelas de Enfermería sugiere un desconocimiento absoluto de lo que implica un título de enfermería.
La mezcla de habilidades prácticas y clínicas con la teoría y las habilidades ideológicas que estoy aprendiendo es perfecta, por lo que a mí respecta. No quiero aprender lo que significa una tensión arterial o cómo los antipiréticos alteran el estado de la fiebre a la cabecera de un paciente, y menos después de haber estado tomando observaciones durante 6 meses. Decir que las habilidades académicas no benefician a una enfermera es ridículo, y en mi opinión bastante ofensivo. El modelo de enfermería universitaria no es perfecto, pero sirve muy bien para un trabajo, y no quiero perderlo en favor de ser un felpudo vocacional para el personal médico.
Parte de lo que creo que nos convertirá a mí y a mis compañeras en buenas enfermeras es que se nos enseña mucho más allá de cómo hacer ruidos de simpatía y tomar el té, pero la formación en las salas con personal experto nos dará todas las habilidades prácticas que tradicionalmente se ven en la enfermería.