Nuestra inteligencia y crecimiento personal

Nuestra inteligencia y crecimiento personal

El crecimiento personal es algo más que un simple condicionamiento para sentirse mejor en la vida. Aunque es evidente que algunas personas necesitan un ajuste de actitud para progresar, la actitud más favorable para el crecimiento personal no surge del pensamiento positivo autoengañado. No se necesita un pensamiento positivo para el crecimiento personal. Sólo necesitas inteligencia.

Si encuentras que tus esfuerzos de crecimiento personal están en conflicto con lo que te dice tu inteligencia, confía en tu propia inteligencia, a pesar de lo que digan los demás. Hay tres componentes principales de la inteligencia en relación con el crecimiento personal: la autoconfianza, la conciencia y la intrepidez. Ten en cuenta que el pensamiento positivo no es uno de ellos.

Autoconfianza

A la larga, es más vital aprender a confiar en tu propia inteligencia que tener razón. Al principio, tu confianza en ti mismo puede ser errónea. Puede que te des cuenta de que tomas muchas decisiones tontas por confiar en ti mismo antes que en personas que parecen saber más. Pero a través del proceso de fracaso, con el tiempo desarrollarás tu capacidad intelectual y aumentarás tu conciencia, y pronto tu autoconfianza estará justificada, y empezarás a tomar algunas decisiones realmente potentes que realmente generan resultados. La razón de la autoconfianza queda clara cuando consideras la alternativa, que es no confiar nunca plenamente en ti mismo. No puedes comportarte de forma inteligente si no puedes confiar en tus propias decisiones y actuar en consecuencia.

Confía en tu propia inteligencia, incluso cuando no parezca justificado hacerlo. No siempre tendrás razón, pero aprenderás de tus errores, y pronto tu autoconfianza estará justificada. Y es entonces cuando empezarás a brillar: cuando puedas confiar plenamente en ti mismo y estar justificado al hacerlo.

Concienciación

Es un componente crucial de la inteligencia. Para tomar decisiones inteligentes, necesitas datos precisos. Si ignoras los datos válidos, disminuyes tu conciencia y, por tanto, tu inteligencia.

El pensamiento positivo puede disminuir la inteligencia al reducir la conciencia. En lugar de enfrentarte a tus verdaderos problemas y desafíos, intentarás descartarlos con confirmaciones. Esa no es la manera de crecer. Es mejor afrontar y aceptar toda la verdad, aunque no quieras lo que ves. Un poco de dolor de vez en cuando no te va a matar.

Parte de la concienciación implica reconocer tus debilidades. Sólo hay tiempo para dedicar al crecimiento personal, así que los seres humanos no podemos arreglar todos nuestros problemas de la noche a la mañana. Pero podemos avanzar en los que más nos importan, eso sí, si reconocemos su existencia.

Intrepidez

Esto significa vivir sin miedo ni dudas. Puede que haya ocasiones en las que tengas buenas razones para rechazar una situación, pero es el tipo de decisión que debe tomarse de forma inteligente en función de la oportunidad y el riesgo. El miedo no debe formar parte de la ecuación.

El miedo se ha convertido en una parte tan integral de nuestra sociedad que se espera que tengamos miedo.

Además, la intrepidez no es lo mismo que la valentía. Con la valentía te enfrentas a los miedos, y eso es una potente habilidad por derecho propio. Pero con la intrepidez nunca experimentas la reacción emocional del miedo en primer lugar

Tener miedo o estar nervioso en situaciones en las que no hay un peligro real simplemente no es inteligente. Sin embargo, la mayoría de las personas se pasan la vida evitando situaciones por miedo irracional. Estamos condicionados socialmente para creer que es normal y natural tener miedo en esas situaciones. Sin embargo, no hay nada de natural y normal en ello. Es común, pero no es nuestro estado natural tener miedo.

La solución al miedo irracional no es adoptar el pensamiento positivo e intentar sobrescribir el miedo con afirmaciones. La verdadera solución es encender nuestros magníficos cerebros y profundizar en nuestros miedos para comprenderlos realmente. Si pudiéramos percibir la realidad con precisión, tendríamos mucho menos miedo.

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